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lunes, 29 de octubre de 2018

El modelo de terapia de cornejo


La psicóloga clínica Loretta Cornejo a lo largo de su labor como psicoterapeuta infantil ha desarrollado numerosas técnicas eficaces para el trabajo con niños, de las cuales me gustaría compartir con ustedes las siguientes dos: el uso del cuaderno de terapia y el uso de la silla vacía o del Oso Perls dentro de la Sesión Gestáltica Infantil.

Uso de cuaderno de terapia: Esta técnica consiste en que se le dice al niño que vamos a hacer un libro juntos, y que será el libro de su terapia. Cada página tendrá una frase a manera de enunciado escrita por el terapeuta, donde se le pedirá que dibuje o escriba lo que se le solicita. Cada sesión se trabajarán aproximadamente cinco folios. Lo importante es poner en cada sesión algunas páginas con enunciados con "significado" y otras sin significado aparente, para que al niño no se le hagan muy pesadas o de temas sólo serios. Las frases son de temas comunes para todos los niños pero también se pueden agregar enunciados de acuerdo a la problemática del niño, por ejemplo temas de adopción, separación o divorcio de sus padres, enfermedades, etc. Cuando termine la terapia, el niño podrá tener un recuerdo tangible del niño que vino a la primera sesión y el niño que se va. Es una forma de fomentar el autoconocimiento en el niño y el darse cuenta. A continuación mostrare un ejemplo de cuaderno de terapia realizado por mí:




El uso de la silla vacía o del Oso Perls en la terapia gestáltica: La técnica de la silla vacía en adultos consiste en sentar al paciente en una silla y delante de él poner otra vacía, y desde ahí empezar un diálogo con este sitio vació, haciéndole preguntas, conversando con él, etc. Ahora bien, para niños esta técnica parece no funcionar, ya que no les hace sentido y se les dificulta tener que conversar con un espacio vacío. Loretta Cornejo entonces propone la utilización de un oso grande de tela, con el que los niños puedan hablar, abrazarlo, herirlo, disfrazarlo etc. Luego cambió la idea del Oso y decidió que no fuera ningún animal definido de modo que facilitaba aún más las proyecciones del niño. El muñeco es del tamaño más o menos hasta el pecho de un adulto, tiene orejas grandes, nariz puntiaguda, brazos y piernas largas, al que decidió nombrar tras el psicoterapeuta: Segismundo.¿Cómo se utiliza? El muñeco tiene su silla dentro de la sesión. El niño sabe que puede jugar con él y utilizarlo como desee. Cuando el niño hace comentarios sobre el muñeco como "está muy triste" o "no me cae bien", se debe propiciar a que el niño le diga porque cree que está triste por ejemplo. El terapeuta también puede fingir la voz de Segismundo, lo cual divierte a los niños. La utilización de este muñeco ayuda a que el niño exprese todos sus sentimientos ya que les es más fácil hablarle al muñeco que al terapeuta, lo hacen con mayor libertad y espontainedad. Asi mismo, tocan con mayor confianza a Segismundo y se dejan acariciar por él de modo más natural.



OAKLANDER, V. (1992): 
Ventanas a nuestros niños Santiago de Chile, Cuatro Vientos.

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